Consumo de legumbres para el apoyo a la SAN

El doctor Manolo Mazariegos, coordinador de la Unidad de Nutrición y Micronutrientes del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá –INCAP- explica la diferencia entre las legumbres y leguminosas, y las define: “La leguminosa se refiere a la planta que produce las legumbres, por ejemplo, una planta de frijol es una leguminosa ya que su grano viene en una vaina, el grano de frijol es la legumbre.  Podemos incluir entonces entre las legumbres los frijoles, habas, arvejas, garbanzos, etc.  Las legumbres son parte de la dieta básica y uno de los alimentos más importantes, podríamos decir que casi todos los países del mundo las producen y consumen”.

El cultivo de leguminosas es una actividad muy importante a nivel rural, son millones las familias que producen frijoles, habas o arvejas y con ello alimentan al mundo.  Las leguminosas enriquecen los suelos donde se siembran, sus raíces tienen microorganismos con una capacidad de capturar el nitrógeno de la atmósfera y concentrarlo en el suelo.  Un suelo donde hay leguminosas es más fértil y tiene mejor valor nutritivo, esto probablemente era conocido empíricamente por nuestros antepasados, los mayas, que tenían una asociación muy bien conocida: frijol, maíz y ayote, ellos cultivaban estos alimentos juntos, resultando en un modelo sostenible de producción y de alimentación de sus familias.

El doctor Mazariegos agrega: “Las legumbres son consideradas “súper alimentos” por su cantidad de nutrientes, dos o tres veces mayor que cereales como el trigo o el maíz, poseen también micronutrientes como el hierro, zinc y vitaminas del complejo B.  Tienen propiedades de las que se habla poco, como sus efectos sobre la salud intestinal por su cantidad de fibra y la absorción de azúcares en el intestino (razón por la que se usan en combinación con tratamientos contra la diabetes y la presión alta).  Dado a su alto contenido de proteína, se ha propuesto como un sustituto importante para las personas que quieren reducir la cantidad de carne que consumen y contribuye a la sostenibilidad del planeta a través de la “Dieta planetaria”.

“Se tiene una percepción errónea respecto a quienes consumen legumbres como el frijol, ya que lo encontramos en hogares de todos los estratos sociales, no sorprende que los estratos sociales medianos y altos, consuman más frijol que los bajos.  Si en Guatemala consumiéramos más frijol, el índice de desnutrición actual cambiaría, esta legumbre combinada con alimentos como el maíz, arroz o pasta, resalta su valor nutricional y es casi equivalente a comer carne, huevo o un vaso de leche”, concluye Mazariegos.