La inseguridad alimentaria y nutricional, así como la desnutrición aguda, son desafíos que se han afrontado desde el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN), espacio que conoció esta semana la ruta de implementación y cronograma de dos protocolos que abordan dichas temáticas, particularmente para prevenir la morbilidad y mortalidad infantil.
Dicho aspecto fue abordado por la Coordinadora de Planificación de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) de la Presidencia de la República, Marta Calderón, quien destacó la importancia de fortalecer la respuesta del Estado ante los períodos críticos de inseguridad alimentaria y nutricional. La implementación de estos protocolos permitirá una reacción más oportuna y coordinada para prevenir el deterioro nutricional en las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad. El objetivo es anticiparse a los períodos críticos y garantizar que las acciones lleguen a tiempo a quienes más lo necesitan.
Un plan para mitigar el hambre estacional
El Protocolo de Contingencia para el Abordaje del Hambre Estacional para Reducir la Morbilidad y Mortalidad Infantil por Desnutrición Aguda tiene como objetivo principal prevenir el deterioro nutricional en la población infantil, principalmente en menores de cinco años. Para ello, se establece un mecanismo de monitoreo y el Sistema de Alerta Temprana en Seguridad Alimentaria y Nutricional (SATSAN), el cual permitirá identificar con anticipación los territorios en riesgo y activar respuestas inmediatas.
La estrategia contempla cuatro fases de intervención:
Monitoreo SATSAN: Se recopilan datos clave sobre disponibilidad de alimentos, condiciones climáticas y prevalencia de desnutrición aguda.
Determinación de alertas: A partir de la información técnica, se clasifican los niveles de riesgo y se establecen las prioridades de atención.
Intensificación de acciones en territorios vulnerables: Se activan mecanismos de asistencia alimentaria, acceso a agua segura, atención médica y fortalecimiento de redes comunitarias.
Seguimiento y evaluación: Se realizan visitas de campo para verificar el impacto de las intervenciones y ajustar las estrategias según los resultados obtenidos.
Este protocolo busca garantizar que los niños y niñas en riesgo reciban atención oportuna antes de que su estado nutricional se deteriore gravemente. Para su implementación efectiva, se prevé estrecha coordinación entre la SESAN, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y otras entidades responsables de la seguridad alimentaria y nutricional en el país.
Foto de portada: MSPAS