La nutrición y el cuidado cariñoso y sensible de los niños

En el marco de la conmemoración del Día del Niño, compartimos información acerca de la importancia del cuidado cariñoso y sensible que de acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, en inglés) es una práctica que contribuye a que los niños alcancen su máximo potencial de desarrollo.

El cuidado cariñoso y sensible promueve beneficios que se extienden a lo largo de la vida e inicia en el período comprendido desde el embarazo hasta los tres años de edad es decisivo ya que el cerebro del niño es más sensible a los estímulos externos, además sus neuronas forman nuevas conexiones a una velocidad de mil por segundo.

Los padres, los cuidadores y todas las personas que se relacionan con el niño son los encargados de proveer el cuidado cariñoso y sensible que incluye las siguientes necesidades:

La buena salud: El monitoreo de los niños, llevarles a los Centros y Puestos de Salud para su chequeo y la atención de sus enfermedades.

Nutrición óptima: Brindar lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de edad y alimentación complementaria y leche materna hasta los dos años para el desarrollo de su cuerpo y cerebro.

Seguridad y protección: El niño debe ser protegido de la violencia o el maltrato y ser apoyado en el desarrollo de sus habilidades

Oportunidades para el aprendizaje temprano: Se estimula el aprendizaje temprano con interacción emocional con sus cuidadores, los gestos y el habla

Atención receptiva: Los cuidadores deben ser sensibles a los mensajes y comportamiento del niño y responder de una manera que se adecúe a sus necesidades.

Es importante estar al pendiente no sólo de las necesidades físicas sino también de las necesidades emocionales de los niños, con el cuidado cariñoso y sensible, de esa forma se garantiza el crecimiento como niños, jóvenes y adultos sanos.