¿Le damos importancia al lavado de manos?

El lavado de las manos se ha considerado una medida de higiene personal durante siglos. Lavarse las manos con jabón es una de las formas más eficaces y baratas de prevenir enfermedades infecciosas. Actualmente se dispone de suficiente evidencia científica que demuestra que esta medida sencilla y barata puede ayudar a reducir las infecciones de forma clínica y sanitariamente significativa, a pesar de ello, los estudios publicados muestran que la higiene de las manos se realiza sólo entre un 15 y un 50% de las veces en las que debería llevarse a cabo.

Debido a que el lavado de manos puede prevenir la transmisión de una variedad de patógenos, puede ser más eficaz que una vacuna. Los estudios han encontrado que los niños que viven en hogares donde se recomienda el lavado de manos y el jabón tienen la mitad de las tasas de diarrea, en comparación con los niños en hogares donde no los hay.  Cuando se practica de manera periódica y a gran escala, el lavado de manos con jabón puede considerarse una “vacuna casera” porque es fácil, eficaz y asequible.

Con frecuencia, el costo no es el principal obstáculo para la práctica del lavado de manos; la mayoría de los hogares de todo el mundo ya tienen jabón, aunque se utiliza comúnmente para lavar la ropa, lavar los platos o bañarse.

Las manos limpias de una persona impiden la transmisión de enfermedades a otras personas. Las manos limpias de toda una familia pueden mejorar significativamente la salud de la familia y reducir la incidencia de enfermedades comunes.  El lavado de manos con jabón es una parte importante de mantener nuestros alimentos limpios y seguros. Los alimentos, cuando no se usan adecuadamente, pueden ser una vía importante para que los gérmenes entren al cuerpo y causen enfermedades. Lavarse las manos con jabón antes de manipular alimentos evita que los gérmenes viajen de nuestras manos a nuestros alimentos, y luego a nuestros cuerpos. Las manos sucias pueden también transmitir fácilmente gérmenes cuando cocinamos o preparamos alimentos para otros, lo que significa que las manos sucias de una persona pueden transmitir enfermedades a toda una familia cuando ellos comparten una comida.

Cómo lavarse las manos:

  1. Colocar las manos bajo el agua (templada si es posible).
  2. Aplicar jabón.
  3. Frotar durante unos 20 segundos.
  4. Lavar bien todas las zonas, incluyendo las muñecas, palmas, dorso de las manos y uñas.
  5. Enjuagar bien.
  6. Secar con una toalla limpia o papel absorbente. Es importante este paso. Algunos estudios consideran que el secado con aire caliente aumenta los niveles de bacterias hasta un 500%, por tanto, es la solución de secado menos eficaz.

El lavado de manos con jabón se incluye en el Objetivo 6.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el saneamiento y la higiene. También es importante para alcanzar metas en torno a la supervivencia infantil y la nutrición.