A los pies de los majestuosos volcanes de Fuego y Acatenango, en el pintoresco municipio de San Miguel Dueñas, Sacatepéquez, se localiza el hogar de Génesis. Una niña de un año y tres meses de edad que gracias a la intervención interinstitucional de la Comisión Municipal de Seguridad Alimentaria y Nutricional (COMUSAN) se recuperó de un cuadro de desnutrición aguda al que llegó como consecuencia de una infección previa.
La mamá de Génesis, Marilú Tiquis, recuerda con angustia cómo su única hija no quería comer y se veía desanimada. “A mi nena le costaba mucho orinar, estaba decaída y no quería jugar. Yo no sabía qué le pasaba, entonces la llevé al centro de salud”, contó Marilú.
Fue en el centro de salud donde le informaron que la situación era grave.
Génesis tenía una infección urinaria que, al no ser detectada a tiempo, afectó su estado nutricional. “No todos los casos de desnutrición aguda son por falta de comida”, comentó la monitora municipal de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) de la Presidencia en la localidad, Irma González. “En este caso, la infección complicó su alimentación y su cuerpo no absorbía bien los nutrientes”, señaló.
Ante el diagnóstico, la COMUSAN actuó de inmediato.
Gabriela García, nutricionista de la municipalidad local, recordó el momento en que conoció a Génesis. “Estaba delgada, decaída, pero con una mirada que reflejaba ganas de vivir”, precisó. Fue entonces cuando comenzó una intervención coordinada. Cada quince días, Gabriela visitaba la casa para monitorear su recuperación, orientando a Marilú sobre una alimentación saludable y adecuada para su hija.
El Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) trabaja para poder incluir a la familia de Génesis en el Bono Nutricional, para poder así recibir apoyo económico durante varios meses. “Con el bono podrá comprar frutas, vegetales y otras comidas saludables”, comentó el facilitador social de esa institución, Daniel De León.
Además, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) le entregó a la familia de Génesis raciones de asistencia alimentaria, así como la propia COMUSAN.
Sin embargo, no se trata solo de entregar alimentos. Marilú ha sido capacitada sobre higiene y preparación de alimentos. “Me enseñaron a lavar bien las frutas y vegetales, a mantener todo limpio y ordenado. Yo no sabía que eso era tan importante”, admitió. También aprendió a identificar síntomas de alerta para evitar futuras complicaciones.
El camino no fue fácil. “Me sentí bien triste, ver a la nena sufrir, que la inyectaban… pero yo trataba de mantenerla bien, no pensaba que estaba desnutrida”, relató Marilú con lágrimas en los ojos. Sin embargo, nunca estuvo sola. La monitora municipal de la SESAN, la acompañó durante todo el proceso. “Cuando trabajamos juntos, los resultados son evidentes. Génesis es un testimonio de que la unión hace la fuerza”, comentó.
Ahora Génesis ya se encuentra recuperada. Corretea por el patio de tierra frente a su casa, sonriente y llena de energía. Le encanta jugar a las escondidas por los muebles de su vivienda. “Gracias a las visitas y la ayuda que nos dieron, mi hija está mejor. Ahora la veo jugar y reír, y me siento tranquila”, dijo Marilú, mientras abrazaba a su hija.
Su historia es un recordatorio de la importancia del trabajo en equipo. #ElPuebloDignoEsPrimero