Racías, el niño poptuneco que se recuperó de la desnutrición aguda

En el departamento que es cuna de la civilización maya y el más extenso de Guatemala, la vida florece entre sus paisajes verdes y sus caminos de terracería. A dos kilómetros de la carretera principal, en el Barrio Pioneros de la Paz, Poptún, Petén, vive Racías Coy, un niño de un año y cinco meses de edad, quien hasta no hace mucho enfrentó la batalla de su vida: la desnutrición aguda.

Su hogar, al que se accede en un vehículo de doble tracción por un estrecho camino, está rodeado de árboles y aves que cantan al amanecer. Allí, Racías juega ahora con sus tres hermanos mayores, corretea detrás de las gallinas y se ríe mientras su madre, Marta, lo observa con ternura desde la puerta de su casa. Su padre, Braulio Coy, trabaja en el campo y regresa a la hora del almuerzo para compartir los alimentos que, gracias al esfuerzo conjunto de varias instituciones, han permitido que su pequeño recupere la salud. 

Sin embargo, no siempre fue así. 

“Estaba delgadito, sin ganas de jugar. Nos preocupaba mucho”, recuerda Braulio, con la mirada fija en el suelo. Fue durante uno de los barridos realizados por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) que se detectó su situación. Desde entonces, la vida de Racías comenzó a cambiar.

Cada 15 días, Blanca Segura, enfermera del MSPAS, visitaba el hogar para monitorear su progreso. “Lo pesábamos, revisábamos su estado de ánimo y orientábamos a su mamá sobre alimentación saludable”, cuenta. Ella fue testiga de cómo el pequeño recuperaba fuerzas y energía.

Conoce la historia de Racías

El trabajo coordinado de la Comisión Municipal de Seguridad Alimentaria y Nutricional (COMUSAN) fue clave. La monitora de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) de la Presidencia de la República, Sindy Marroquín, explicó que el caso de Racías fue priorizado por la comisión. “Es vital articular esfuerzos para que la ayuda llegue a quienes más lo necesitan”, afirmó.

La familia Coy también recibió apoyo del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) a través del programa Bono Nutrición, que les otorgó 500 quetzales mensuales de junio a octubre del 2024. Con ese dinero, Marta pudo comprar alimentos frescos y nutritivos para sus hijos. Además, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) entregó raciones de asistencia alimentaria, asegurando que Racías tuviera acceso a una dieta balanceada.

A nivel nacional, en 2024, el 82 por ciento de los niños y niñas diagnosticados con desnutrición aguda lograron recuperarse. En Poptún, la historia de Racías es un testimonio de este logro.

Como en cualquier proceso gubernamental, el trabajo con las autoridades municipales es vital. La concejal Mailen Orrego destacó la importancia de la coordinación local, afirmando que “el trabajo en equipo permite atender a la población más vulnerable”.

En la actualidad, Racías come con apetito, disfruta de los alimentos que prepara su madre y ríe mientras juega con sus hermanos, quienes le llaman con cariño “el pequeño Racías”. Su travesura favorita es esconderse detrás de los árboles del patio, esperando sorprender a su papá cuando regresa del trabajo.

La recuperación de Racías aún continúa, pero su historia demuestra que cuando las instituciones y las comunidades trabajan juntas, la esperanza del pueblo digno florece incluso en los rincones más remotos de Guatemala.